Vocación en lugar de profesión, así es como Johannes Metzger percibe el servicio de limpieza viaria invernal durante los meses fríos del año. Este empresario de Lenzkirch disfruta mucho despejando las carreteras. Seguramente se deba a que dispone del equipo adecuado: este proveedor autónomo de servicios municipales ofrece servicios de esparcimiento y de limpieza de nieve con un Unimog U 427.
En la Alta Selva Negra ha estado nevando durante la mitad de la noche. El área que rodea el lago Schluchsee está cubierta con varios centímetros de nieve fresca; a pesar de ello, todas las carreteras llevan tiempo despejadas ya y se puede circular sobre ellas sin problemas. Dos personas, que llevan trabajando desde hace ya dos horas, se están tomando un descanso. Johannes Metzger ha aparcado su Unimog justo al lado del centro comercial local. En estos momentos no hay mucha gente, lo que le viene muy bien porque así no tendrá que esperar mucho por su comida. Quién sabe si tendrá que volver a salir en breve. Queda poco para que sean las dos y el cielo se está aclarando. El Unimog está en la nave para repostar: diésel y Adblue. Todavía queda tiempo para rellenar el depósito de sal. Entre medias, se comprueba el radar meteorológico. Se ha anunciado más nieve para por la tarde. Suena el teléfono móvil, se aclaran los horarios y se discuten posibles trabajos. «Del segundo turno se encargará Tilo, yo ya he tenido bastante por hoy», explica el empresario de la Alta Selva Negra.
Lleva sentado detrás del volante desde las cuatro de la mañana; debido a la fuerte nevada, ha tenido que recorrer las dos líneas varias veces para despejarlas y esparcir gran cantidad de sal. Este empresario autónomo debe dar dos largas vueltas para asegurarse de que las carreteras sean seguras y que se pueda circular sobre ellas sin problemas. La primera va desde la B 500, pasando por Raitenbuch hasta Lenzkirch. La segunda línea a cargo de Metzger es igual de larga y comienza en Schluchsee; desde allí pasa por el pueblecito de Faulefürst y, después, por Grünwald, a 1050 metros de altura, hasta la B 315. «Eso son un total de cuarenta kilómetros que hay que despejar, de modo que para el mediodía puedo haber recorrido perfectamente unos doscientos kilómetros», explica. Entre medias, fue necesario rellenar el depósito de sal. Metzger ajustó la cantidad de sal en el esparcidor a 16 gramos por metro cuadrado, cerca de «humedad helada». El frío y la nieve que permanecía sobre el asfalto se podía dominar y controlar rápidamente. «Cuando la carretera está cubierta por placas de nieve, hay que esparcir más cantidad de sal, más de treinta gramos. Cuando se ajusta la cantidad máxima de sal de 40 g/m², los dos metros cúbicos de nieve desaparecen de la parte trasera en un instante».
Johannes Metzger, servicios municipales Metzger
Los últimos dos inviernos apenas sumaron cincuenta días de servicios de limpieza invernal. De ahí que las carreteras volvían a estar en buen estado en escasas cuatro horas. Pero eso podría volver a cambiar, quién sabe. «En cambio, el invierno anterior fue diferente. Tuvimos entre ochenta y cien días de trabajo. En algunos años incluso más. Y si nevaba por la tarde o durante la noche, muchas veces era necesario despejar las carreteras y esparcir sal hasta las diez de la noche».
Sin embargo, los servicios de limpieza invernales no solo consisten en sentarse al volante del vehículo. Para hacer que los edificios y las carreteras de acceso estén libres de nieve y hielo, y proporcionar protección contra los efectos del clima, es necesaria una gran cantidad de trabajo y actividades adicionales. «También es importante limpiar las paredes de nieve en los laterales con el lanzanieves. En pendientes extremas deben instalarse vallas para la nieve. Y, por supuesto, cuando se acerca el final del invierno, hay que reparar los daños causados por el servicio invernal en las carreteras y eliminar las vallas para la nieve y las cajas de esparcimiento». Actualmente, el proveedor de servicios municipales no gana mucho dinero con el servicio de limpieza viaria invernal. Aunque esto se debe también a los dos últimos inviernos. Metzger considera el servicio de hacer que las carreteras sean seguras para conducir como un extra para el resto de encargos que le mantienen a él y a su equipo de cerca de una docena de empleados ocupados durante todo el año, y hace que su empresa sea rentable.
Aunque Metzger dispone de otros vehículos, el Unimog U 427 de 272 CV de potencia tiene otras dos tareas, además del servicio de limpieza invernal: por un lado el transporte del parque de maquinaria hasta el lugar de trabajo, es decir, tirar del remolque de plataforma baja. Y, por otro, la cobertura del suelo con sustancias orgánicas y las operaciones de segado necesarias a finales de abril y principios de mayo, después de los servicios de limpieza invernal. Durante tres años, entre 2006 y 2009, Metzger no contó con ningún Unimog. Había vendido su U 1600 e intentaba llevar a cabo todo el trabajo con tractores forestales, incluido el transporte de pequeñas máquinas. Con frecuencia, esto resultaba muy laborioso y requería mucho más tiempo, molestias y maniobras. No tardó mucho en percatarse de lo que faltaba.
Finalmente, durante una visita a una feria, un Unimog U 400, equipado con equipo hidráulico de potencia, inicialmente calificado por Metzger como un «Unimog de Playmobil», propició el cambio de conciencia. En funcionamiento desde 2009, facilitó los trabajos que se presentaban y superó con creces a los remolcadores. «Hemos elaborado un balance de gastos operativos para comparar los datos de trabajo incluyendo los gastos del U 427 en comparación con los gastos de los remolcadores. Muchos piensan que el Unimog genera elevados gastos. Sin embargo, hemos calculado que la hora de servicio del U 427 durante las intervenciones es un promedio de un treinta por ciento más económica de lo que eran los remolcadores.
Johannes Metzger, de 52 años, condujo su primer Unimog a los 18 años. No solo admira la versatilidad de este equipo de trabajo, también lleva años convencido de las cualidades técnicas de la mejor máquina con la que cuenta actualmente. Su «parque» emplea a una docena de trabajadores a tiempo completo.
Su empresa se distingue por su versatilidad: además de los servicios municipales, él y sus hombres se dedican a la silvicultura, la conservación del paisaje y al servicio de limpieza viaria invernal. «Las áreas de especialización de Metzger son la tala de árboles problemáticos, incluso en vías fluviales y tendidos eléctricos. El resto de su flota tampoco se queda atrás: para el mantenimiento de árboles y carreteras utiliza una serie de máquinas especiales, que son transportadas hasta el lugar en un remolque de plataforma baja con el U 427.
Para los trabajos especiales en subestaciones transformadoras, el empresario de Lenzkirch emplea a personal específicamente formado para ello y es socio de los dos proveedores de energía locales: Energie Dienst y Schluchseewerk. Desde hace muchos años apoya al consejo municipal de Lenzkirch y desde 2015 lo hace en calidad de teniente de alcalde. «Para los empresarios de Raitenbach es importante complementarse y ayudarse mutuamente. Y el servicio de limpieza invernal forma parte de ello», aclara.
Lo que hace tan flexible a este moderno Unimog es su potencia y sus extraordinarias características como el EPS (mando electroneumático del cambio) y el cambio reversible sincronizado EQR», explica Metzger. Metzger ya ha pasado unas 30 000 horas de servicio en todos sus Unimog. Y admite: «Al principio, tuve que acostumbrarme a la nueva serie 100. Pero de eso hace ya tiempo». Ahora, todo aquel que conduce un Unimog sabe apreciar la labor realizada por los ingenieros durante los últimos setenta años para que el equipo de motor universal sea más práctico, manejable y también más fácil de usar. «Por ejemplo, gracias a la dirección desplazable lateralmente VarioPilot®. Esta simplifica en gran medida los trabajos de segado y recorte en el arcén de la carretera, ya que toda la columna de dirección se puede empujar rápidamente hacia el otro lado, manteniendo todo bajo control sin necesidad de una segunda persona. De esta manera, se puede mantener una línea perfecta con la segadora sin generar dentelladas. La tracción hidrostática permite reanudar la marcha inmediatamente a 50 km/h, cuando se completa una operación de trabajo y la siguiente ubicación se encuentra a uno o dos kilómetros de distancia, sin tener que realizar ningún cambio o apalancamiento importante. Eso ahorra mucho tiempo», explica este artesano de oficio.
Que todos los caminos sean seguros para conducir pertenece al honor profesional de Johannes Metzger y su equipo de doce.
Saluda a su compañero Tilo, que se pone al volante. Las temperaturas han bajado. Hace media hora comenzó de nuevo a nevar. Los seis cilindros gruñen al ralentí, el arado se desplaza varios centímetros hacia arriba. La puerta de la nave se abre eléctricamente y el «FR-JM 1127» rueda en su exuberante verde vegetal hasta el depósito de sal cerca de Brisgovia-Alta Selva Negra; es muy probable que no sea la última vez este fin de semana.
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